Había una vez un niño llamado Pedro que vivía en España y era un niño muy malo .
Este niño solo pensaba en hacer travesuras y las que más le gustaban eran las trastadas a los animales.
Un día el niño se encontró por la calle a un perro y Pedro solo pensaba en hacerle una travesura y se escondió en un arbusto, al pasar el perro el niño se sacó del bolsillo una lata de Fanta y se lo ató al perro en el rabo.
Otras de sus maldades preferidas era que cuando el gato de su abuela estaba dormido le ponía petardos y rompia las cortinas del susto que se daba .
Al día siguiente el profesor de su escuela les propuso hacer una excursión al bosque y como no iba a faltar su caja de bromas con todo tipo de travesuras : bombas fétidas, petardos, latas etc.
Sus compañeros y él se montaron en el autobús y fueron a la Serranía de Castilla-la Mancha donde había mucha vegetación, al bajar del autobús Pedro se encontró escondidas dos madrigueras ,sacó su caja y le metió una bomba fétida .
Después al encontrarse un ciervo le corto un trozo de cuerno.También hizo muchas más travesuras
Pedro se despistó del grupo,tropezó y se quedo inconsciente.
El niño cuando se despertó se encontraba atado a un árbol y rodeado de los animales del bosque
que para vengarse le habían atado las latas,lo rodearon de petardos y hasta lo habían dejado en calzoncillos.
Al final Pedro fue rescatado por sus compañeros y nunca volvió a tratar mal a los animales,incluso se hizo veterinario.
Es un poco triste pero mola mucho.Se merece un aplauso.
ResponderEliminarme gusta muchooooooooooo
ResponderEliminarEl final es lo mejor.
ResponderEliminarSigue haciendo maravillas...
Es el cuento mas chulo que he leido.
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